Predicación y Martirio de San Eutropio


Saintes fue una ciudad importante del Imperio Romano en las Galias. Estaba edificada, lo mismo que Roma, sobre siete colinas, y era llamada «la pequeña Roma». Una vía romana la enlazaba con las principales ciudades del Imperio.

 

Los romanos dejaron allí imperecederos recuerdos:

  • El Arco Germánico, levantado sobre el puente romano que cruza el río Charente.
  • El Anfiteatro, capaz para 20.000 personas
  • Las Termas o baños calientes, y
  • El Acueducto, que traía el agua de un lugar apartado 17 kilómetros.

Los evangelizadores cristianos de los primeros siglos buscaban para la propagación del evangelio sitios destacados por su cultura, comercio y vida social. Fueron primero a las grandes ciudades, no a los pueblos. San Pedro estuvo primeramente en la gran ciudad de Antioquía, luego en Roma. San Pablo recorrió las famosas ciudades de Corinto, Atenas, Filipos, Colosas y Roma.


Saintes tiene por su primer obispo a San Eutropio . Hay una larga tradición según la cual fue enviado a evangelizar las Galias por San Clemente, Papa, tercer sucesor de San Pedro en el Supremo Pontificado de la Iglesia. Así lo dice el Martirologio Romano: «Entre los santonenses, en la Galia, San Eutropio, Obispo y Mártir, que consagrado Obispo por San Clemente, fue enviado a la Galia y allí, habiendo predicado largo tiempo, sucumbió finalmente victorioso, golpeada su cabeza, por testimonio de Cristo».


En la catedral de San Pedro, de Saintes, en uno de los muros hay una lista de los obispos santonenses, encabezada por San Eutropio, situándolo en el siglo I.

Los breviarios de las diócesis galas dicen también que San Eutropio fue enviado por San Clemente, Papa, y que pertenece al siglo I de la Era cristiana. Hoy, sin embargo, la crítica coloca su misión y su martirio en el siglo III, o a principios del siglo IV, y como es obvio, según ello, no pudo ser enviado por San Clemente, que es del siglo I. Leemos en ACTA SANCTORUM: «Eutropio, primer Obispo de Saintes, no parece fuera enviado por San Clemente, sino que más bien pertenece a fines del siglo III, o a principios del IV» .


Houssain Jacques escribe: «Los textos literarios hablan (de San Eutropio) como de Obispo de Saintes contemporáneo de Dionisio, enviado de Clemente en el siglo I. En realidad su obispado dataría más bien de finales del siglo III» .


San Gregorio de Tours, en el Libro I de «Historia de los Francos», narra que San Dionisio Parisiense vino a las Galias imperando Decio Augusto, esto es, 250 años después de Cristo, a mediados del siglo III. Se afirma generalmente por los escritores que San Eutropio fue contemporáneo de San Dionisio Parisiense. Luego no pudo ser enviado por San Clemente, que es del siglo I. La iglesia de Saintes —se cree con gran fundamento— fue fundada como la de Burdeos, como la de París, a fines del siglo III, o a principios del IV.


No hay que confundir San Dionisio Parisiense con San Dionisio Areopagita, que es algo anterior.

¿Cómo se explica que se diga con tanta frecuencia que fuera enviado por San Clemente? Respondo con el autor de la vida de San Eutropio en ACTA SANCTORUM: La oscura antigüedad indujo a muchos errores, ya por incuria de los escritores, ya por maldad de los tiempos, ya porque se perdieron muchos escritos y al restituirlos los escritores tomaron muchos rumores de la boca del pueblo, que modificaba las tradiciones a su gusto. Por lo cual muchos escritos no conservan la primitiva exactitud. Aparte de que a la naturaleza humana le halaga el que sus orígenes se pierdan en la nebulosa de tiempos remotos; por ello, los cristianos, llevados de ese deseo, dieron antigüedad a su fe creyendo que sería tanto más apreciada cuanto estuviera más cerca del fundador, Ello puede explicar que la tradición santonense empujara su origen cristiano hasta el siglo I, atribuyéndole un carácter de más autenticidad a través de su mayor antigüedad.


Hasta el siglo VI nada había escrito sobre San Eutropio. Fue San Gregorio de Tours el primero que escribe del Santo. A lo que él le da valor de rumor: «Se dice (fertur), que Eutropio fue enviado a las Galias por Clemente, Obispo de Roma» , lo tomaron como cierto los escritores de las vidas de Santos como Usuardo, Adón y otros.


Hoy, la crítica histórica afirma que la iglesia de Saintes fue fundada por San Eutropio en el siglo III.


De San Eutropio se han escrito muchas leyendas. De ellas no nos vamos a hacer eco por ser fruto de la fantasía popular de otros tiempos. Sin embargo, hay referencias con muchas probabilidades de que hayan sucedido. Del ACTA SANCTORUM: Al llegar San Eutropio a Saintes y ver aquella hermosa ciudad pensó ganarla para Cristo. «Predicaba la Palabra de Dios por las calles y plazas constantemente. Cuando aquellos ciudadanos oyeron hablar de la Santísima Trinidad y del Bautismo, cosas nunca oídas hasta entonces, lo azotaron y lo arrojaron fuera de la ciudad. En un montículo próximo se construyó un tugurio de madera y allí vivió mucho tiempo. Durante el día predicaba en la ciudad y la noche la pasaba en su tugurio en vigilias, oraciones y lágrimas. Convirtió a pocos. Se volvió a Roma. Fue reenviado por San Clemente a Saintes y le animó a predicar y sufrir el martirio.

«Habiendo entrado en la ciudad hablaba sin miedo, oportuna e importunamente de la Encarnación de Cristo, de su Pasión, Resurrección y Ascensión, y de cómo nadie puede entrar en el Reino de los Cielos si no renaciere del agua y del Espíritu Santo. Moraba en dicho tugurio. Ayudado por la gracia de Dios convirtió y bautizó a muchos gentiles, entre ellos a la hija del gobernador, Eustela. Cuando lo supo el padre, la aborreció y la echó de la ciudad. Ella, viendo que había sido arrojada fuera por su amor a Cristo, se fue a morar cerca del tugurio del Santo, hasta que el padre, compungido de amor por ella, le envió mensajeros para que volviese. Ella respondió que más quería vivir fuera de la ciudad por la fe en Cristo, que dentro contaminada con el culto a los ídolos. El padre, irritado, reunidos los verdugos de toda la ciudad, les dio 150 "sólidos" para que mataran al Santo y le llevaran a la hija. Ellos, el 30 de abril, reunidas las turbas de los gentiles, fueron al tugurio. Apedrearon al Santo. Luego lo azotaron y, desnudo, lo remataron a golpe de hacha. Eustela y algunos cristianos lo enterraron en su tugurio por la noche y lo honraron con luces, vigilias y santos obsequios» .


Eustela también murió mártir, según la tradición, por no haber querido ofrecer incienso a los ídolos. Antes de morir dejó dispuesto que la enterraran junto al sepulcro de su maestro. Al caer su cuerpo a tierra, herida de muerte, dice la leyenda que brotó un manantial. Es la fuente que hay en el Anfiteatro, llamada de Santa Eustela, que ha sido sitio de peregrinación para las jóvenes. Existe una superstición que seguramente viene de la Edad Media; según ella, basta echar dos alfileres al agua; si caen en forma de cruz, aquel año, matrimonio seguro.


En 1884, Mistral escogió a Santa Eustela como Patrona de los poetas provenzales, y en 1955 fueron a Saintes para venerarla y cantarla en la lengua de Oc.


La posteridad ha unido al culto de San Eutropio el nombre de esta Santa. Juntas estuvieron sus vidas, cercanas sus sepulturas, asociada su memoria.

 

La fiesta de Santa Eustela, según el Martirologio Romano, se celebra el 21 de mayo, y la de San Eutropio, el 30 de abril. Aunque en Saintes la fiesta más importante del Santo se conmemora el 14 de octubre con el título de «Traslación de las reliquias».